
¿Qué bonito, verdad...? y un cuerno. La nieve es un tostón, un incordio para la vida cotidiana, para ir al trabajo, comprar el pan, sacar el coche e ir a la oficina. Tienes que ponerte unas botas especiales y cubrirte la cara, la cabeza y las manos. Salir de casa hinchado como un globo luchando por no romperte una pierna.
En cuanto a lo de tirarse bolas, pues mira, la nieve está tan pero tan fría que incluso con guantes se te quedan las manos como el hielo. Y si te dan un bolazo, te acuerdas de la madre que trajo al mundo a la criaturita en seis generaciones. Los muñecos de nieve sólo los pueden hacer los que tengan callos en la mano porque a los dos minutos ya estás hasta los occipitales de que el montón de nieve no tome forma y las carreteras, ay, las carreteras, totalmente colapsadas...
No hace falta aclarar que estas fotos no están hechas en Murcia, sino en Francia, en casa de mi familia. Quedan muy bonitas, sí, pero yo apenas asomé la nariz para hacerlas. Lo siento, pero yo tengo la sangre caliente y a mí el frío y la nieve... para las postales y películas. Que me busquen en primavera.
