viernes, 17 de julio de 2009

Hunito descubre la playa y a los hombres que no aman a los perros

Hunito es un perro nacido y criado en la Comunidad de Madrid, es decir, madrileño cien por cien aunque su raza sea originaria de la lejana Alaska. Nunca habia salido de la Meseta, como mucho, se había paseado por la campiña manchega, pero jamás había conocido el mar y ese privilegio le llegó por fin hace unos días.
Como todo ser vivo, sea humano o de cuatro patas, la visión del mar lo dejó atónito, tanto que pasó muchos minutos contemplando aquella concentración de agua, en la que decenas de personas se sumergían. Cierto que era el Mar Menor, que a nosotros nos parece una tranquila laguna, pero a él que sólo conocía el agua por el chorro de la manguera del jardín, aquella superficie azul le fascinó a la vez que asustó.
Por eso y porque es 'conditio' de todo can ladrar a sus congéneres, Hunito de vez en cuando 'saludaba' con sus potentes ladridos y hete aquí que a un señor que estaba sentado en un chiringuito playero (un espacio abierto, que es una concesión pública, dicho sea de paso) le molestaban los ladridos de Hunito y se quejó al camarero.
¡Válgame Dios, qué molesto es escuchar a un perro ladrar!. Nos hemos vuelto tan tiquismiquis que ya no soportamos nada, ni el calor ni el frío, ni las moscas y mosquitos ni los olores del campo ni los ladridos del perro. Nos hemos convertidos en unos seres asépticos que no queremos ver, oler ni sentir nada más que lo pulido, lo relamido y la atmósfera artificial de los centros comerciales. Y todo eso cuando hace apenas dos generaciones, estábamos arrastrando el caballo por los campos abriendo surcos bajo el sol inclemente.
Hunito descubrió dos cosas esa tarde, que el mar es precioso, pero que no quiere arrimarse a él, aunque le encantaron las palmeras, árbol para él desconocido hasta el momento y que ciertos hombres no aman a los perros. Protestan porque de vez en cuando ladran pero no alzan la voz cuando un pelmazo/a se pasa las horas muertas 'ladrando' por el teléfono móvil las vicisitudes de su operación de vesícula.
Y es que como diría un vecino mío... ¡qué delicada se ha vuelto la m....!.

12 comentarios:

AnuKa dijo...

¡Genial entrada!
Besos

Cyd Charisse dijo...

Gracias, reina, un besazo y feliz finde.

Aila dijo...

Si hija, si. No hemos vuelto tan delicados que nos la vamos a terminar sujetando con papel de fumar

Cyd Charisse dijo...

Y haciendo pis por el ombligo, para que sea más alto que los demás, jajaja.

Cabopá dijo...

¡Qué vida tan entrañable! Un perro del interior en la costa murciana... Hay que ver con la "panda" de insurreptos que nos visitan y lo que hay que "aguantar"... ¡Sschacha......... traéme la toballa qué tengo frio...! u otras expresiones que no vienen a cuento. Enfin Cyd que deberían estar muchos encerrados en centros de salud canina...A ver si aprendemos a convivir y a tener comportamientos inteligentes...Besicos desde la MU urbana de momento...

Cyd Charisse dijo...

Eso, cabopá, a ver si aprendemos de los animales, que más de uno nos da una buena lección. Besos mil.

Unknown dijo...

Hola! Te escribo por primera vez. Una bonita entrada con el perro como protagonista, lo que nos pueden fascinar estas criaturas. La verdad es que lo de la persona quejándose es muy de franceses, se quejan hasta por el ruido de los pájaros al recepcionista del hotel, no es broma; pero ellos sabrán, si están tan con esa mentalidad poca felicidad les quedará.
Se guiré tu blog. Un saludo

Cyd Charisse dijo...

Bienvenido, Eusafarelo, aquí tienes tu casa. En cuanto a mi perro, ya no he vuelto al chiringuito. Es lo mejor para evitar líos.

Aila dijo...

Cartelito puesto por...."nosequien" en el jardín donde habitualmente llevo a mi perro ( yo y otros 300 o 400 , sin desagerar, dueños )
" No me traigas aquí, aquí no puedo "
Todo eso sobre una chapa con el dibujito de un perro "adorable donde los haya"
Entonces...¿ donde ?
Debo añadir que, en este mismo jardín, hay un pipican que es donde los dueños llevamos a nuestros peros a realizar sus necesidades imperiosas pero, para ello, debemos cruzar el jardín hasta ese lugar.
¿ Pretensiones ?
¿ Hemos de llevar, en brazos, al chucho hasta ese lugar y, una vez allí, quitarle el cinturón de castidad para que miccione en total libertad ?
¿ Que coño nos hemos creido los humanos ? ¿ Que esto es nuestro ? ¿ Que somos los amos y señores de este cortijo ?
Yo, posiblemente, no lo veré pero tiempos vendrán en que nos obliguen a educar a nuestras mascotas para que hagan sus " necesidades" en el water de casa.

Cyd Charisse dijo...

Sí, y que se duchen todos los días y se echen colonia ellos solitos. Menudo porvenir...

Bruni, Carla, ¡¡of course!! dijo...

Hay algunos que ladran tanto, que es difícil distinguir quien es el perro.

Bruni

Cyd Charisse dijo...

Gracias, Carla, por tu visita y sí, menudos ladridos sueltan algunos...
Se te ve monísima, jajaja.