jueves, 27 de enero de 2011

Don Enrique Tierno recibe el homenaje de sus 'muchachos' en el 25 aniversario de su muerte

Eran sus 'muchachos', así llamaba él a los concejales que con muchísima ilusión y no poca dedicación trabajaron con él durante varios años para cambiar la imagen de una ciudad grís, descuidada, con infraestructuras obsoletas y nula participación vecinal, en el paradigma de la modernidad, de la alegría y la diversión sin fin, aunque a muchos el despertar de esa vida les costara tremendamente caro.
Don Enrique, que era así como lo llamaban sus colaboradores, mandaba mucho más de lo que la gente pensaba. No era cierta esa leyenda de que él se limitaba a figurar mientras sus concejales cargaban con el trabajo de poner por fin en el siglo XX a una ciudad que en sus entrañas seguía con sus servicios decimonónicos. Su mirada abarcaba todas y cada una de las iniciativas y nada se hacía sin que él le diera el visto bueno definitivo. Más allá de sus pintorescos bandos, de sus castizas alocuciones y de sus arengas a los jóvenes -no siempre bien entendidas- estaba el alma de un regidor que pasará a la historia como el ALCALDE de Madrid, con mayúsculas. Todo el mundo lo recuerda, sabe de sus acciones, de sus cambios, de los aires de libertad con los que impregnó a la capital del Reino, que traspasaron fronteras.
Detrás de él hubo otros alcaldes sí, pero ¿alguno de ellos sigue reinando en el corazón del pueblo como lo hizo él...?.

El día del XXV aniversario de su fallecimiento, sin lluvia, aunque con mucho frío, se le tributó un emotivo homenaje en el cementerio de la Almudena. Socialistas de ayer y de hoy se reencontraron alrededor de su tumba, aguantando los unos los achaques bajos sus abrigos y situándose en segunda fila los otros porque no era para ellos el protagonismo.

Juan Barranco, su sucesor y los aspirantes a la alcaldía y la Comunidad de Madrid pronunciaron los discursos. Cada uno en su línea y que cada cuál saque sus conclusiones.



Abrazos, emoción, anécdotas sin fin... de todo hubo en el reencuentro.


Juan Barranco saluda a sus antiguos compañeros.

Abrazos mútiples entre canas, calvas y bastones. La política les ha pasado una cara factura a muchos de ellos.


Una corona, un aplauso, un silencio... los compañeros de la prensa tomaron buena nota del acto

Concejales de la actual Corporación también participaron en este acto, que se repite desde que murió don Enrique, fuera del foco mediático.

Y allí quedó la tumba, con sus flores, su homenaje y el recuerdo de aquellos que no quisieron faltar en tan emotiva fecha.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Supongo que sería un día muy emocionante.

Cyd Charisse dijo...

Pues sí, la verdad, aunque cometí un tremendo error de principiante, ya que me fui con la cámara sin batería. Menos mal que mi nuevo teléfono móvil lleva una buena cámara, las fotos no tienen la misma calidad, pero me sacaron del apuro.