miércoles, 30 de septiembre de 2009

Raindrops keep falling on my head or on my heart


Eso, que caen gotas de lluvia y se quedan en las hojas de la yuca, nada más.
Es que estoy de agua hasta los occipitales.
Agua para todos, no, agua pá las ranas.

domingo, 27 de septiembre de 2009

Caracol, col, col, saca los cuernos y busca un rincón...

Esta mañana se han abierto los cielos y como dicen los ingleses, han llovido perros y gatos, cocodrilos, hipopótamos y hasta caracoles. Claro, lo de los caracoles es más español. Tengo el jardín lleno de caracoles 'gigantes' que en lugar de buscar el sol, caminan despacito buscando un refugio, bajo la hiedra o en las macetas, cualquier rincón es bueno.
Son tan grandes que no apetece cogerlos para comérselos, sólo admirarlos en su lucha contra los elementos. Caracol, col, col, espera unos días hasta que salga el sol...



Una rosa de otoño en la barandilla, con el molinito holandés de fondo. Jacinto Benavente escribió una obra de teatro que se llamaba 'Rosas de otoño', claro, que se refería al matrimonio en sus años tardíos.
El hombre, que había sido un crápula, al llegar a la vejez tiene que refugiarse en su mujer, que es la única que lo aguanta. Ella se queda con las 'rosas de otoño'. Afortunadamente, esos tiempos quedan ya muy lejanos...

Una regadera pequeñita, adorno de una maceta. Tiene forma de regadera, pero no sirve para regar. ¿Alegoría de la inutilidad de algunos objetos y/o personas...?.


Y un pajarito que tampoco lo es; una seta falsa y un molino que al menos, mueve sus aspas. ¿Nos inventamos la realidad porque no nos gusta lo que vemos...?
Feliz y lluvioso domingo de otoño.

sábado, 26 de septiembre de 2009

Las cámaras de televisión esperando al Príncipe, con bandera y banda de música al fondo


He elegido esta fotografía de las cientos que le hicimos el otro día al príncipe Felipe en su visita a la Academia General del Aire precisamente porque él no está. Fue minutos antes de que aterrizara el Falcon que lo traía de Madrid y los compañeros de las televisiones habían tomado posiciones para captar hasta el último detalle de la revista de las tropas y saludo a las autoridades. Al resto de periodistas, fotógrafos y plumillas nos costó un poco más de trabajo posicionarnos, era muy difícil ponerse en línea y sacar la instantánea, pero lo conseguimos.
No obstante, yo me quedo con esta imagen, la de la espera, los preparativos, el apunten, disparen y...
A veces lo mejor de los acontecimientos son esos momentos de espera, en los que todavía tenemos la ilusión de que todo va a salir perfecto y de que ese instante tan anhelado será tan maravilloso como habíamos soñado y no me refiero a la visita de la autoridad, sino a la vida, en general...

martes, 22 de septiembre de 2009

Un breve e incompleto paseo por la cartelera teatral madrileña

Un pequeño y muy incompleto, fruto del recorrido entre Atocha y la calle Princesa, ahí es nada, pasando por el barrio de las Letras. Ha sido Clares la que me ha dado la idea de abrir esta entrada con una pequeña muestra de la cartelera madrileña. ¡Qué envidia, Señor!. En fin, espero ver algunas de las obras en los próximos meses, algunas de las que están aquí y otras que no.
Por ejemplo, Spamalot, ese disparate basado en 'Los caballeros de la tabla redonda' de los Monty Python. No me coincidió mi última estancia con el estreno, pero supongo que va para largo, así que esperaré....

La librería 'La Celestina', a un paso del Teatro Español. Una maravilla, pero tengo prohibido entrar, mi situación económica no me lo permite.


Así que miro desde fuera. ¿Verdad que los libros expuestos son como los dulces en la pastelería?.
'La noche de los generales', en el Español. Me encanta Sancho Gracia como actor y creo que el montaje es muy divertido, con mucha mala leche, vamos.

'Groucho me mostró su camiseta'. Homenaje a Vázquez Montalbán, cuyas raíces murcianas son bien visibles en sus obras de Carvalho.


Dos divas muy divas en las naves del Matadero. La Espert y la Sardá, frente a frente, en 'La casa de Bernarda Alba'.

En La Latina, divertida comedia con Pepón Nieto y Anabel Alonso.



El Ballet Nacional de Cuba, dirigido por Alicia Alonso, estrenaba en la Gran Vía.


Pedro Ruíz en el 'Reina Victoria'. Mira, a éste no pienso ir, pero qué vistoso el cartel....

Zarzuela y ballet ruso. Para todos los gustos.

... Y colores...

... Y sabores....
¿Por qué no me toca la lotería de una puñetera vez y me dedico al 'dolce far niente...?




lunes, 21 de septiembre de 2009

La deliciosa fauna que puebla el parque de las Salinas...


Esta entrada no tiene más fuste que la de publicar algunas de las miles de fotos que he hecho en el Parque Regional de las Salinas y Arenales de San Pedro del Pinatar en los últimos tiempos.
Es mi fórmula anti-estrés, la caza y captura de los flamencos, cigüeñuelas y otras aves de buen vivir que habitan en este idílico rincón mediterráneo. Ellas sí son felices, qué caramba....










Estos bichitos son unas avispas y las he incluido porque también son criaturicas del Señor ¿a que sí...?, aunque cuanto más lejos, mejor...



jueves, 17 de septiembre de 2009

La Casa de la Rusa, el barón de Benifayó y la princesa que nunca existió

Atendiendo los ruegos de mi público que tanto me quiere y a quien tanto debo, que dirían las folklóricas de otros tiempos, abro una nueva entrada con la historia y la imagen de la Casa de la Rusa de San Pedro del Pinatar, felizmente rehabilitada para fines culturales.
La fotografía de arriba muestra como estaba la casa y el parque que la rodeaba en pasados tiempos de esplendor.
También he añadido la foto de la isla del Barón, ahora propiedad de la mujer de Raphael, tomada desde un avión, en la que se ve el parecido de la casa con el palacete, ambos de estilo neomudéjar.

La casa, tal y como luce en la actualidad. Está rodeada de unos espléndidos chalets que dan mucha envidia, la verdad.



La urbanización impide ver la casa desde este ángulo, tal y como se muestra en la foto antigua.


Y ahora, reproduzco un artículo que escribí hace unos años en el periódico en el que trabajaba por entonces... Espero que os guste.

La historia del palacete resulta fascinante porque en ella intervienen importantes personalidades de la sociedad española de los siglos XIX y XX y comienza con Julio Falcó y d’ Adda, barón de Benifayó, un noble italiano que llegó a España acompañando a Amadeo de Aosta. El barón fue senador por la provincia de Madrid en 1886 y senador vitalicio tres años después. Entre sus ilustres parientes destaca la abuela de la actual duquesa de Alba.

La vinculación del barón con San Pedro del Pinatar comienza con su cautividad en la isla Mayor o Conejera, convertida en prisión de la Armada. Acabada su condena, compró la isla que desde entonces se denomina ‘del Barón’ y que está ubicada junto a la isla Perdiguera, llamada así porque era un coto de caza privado del infante don Felipe, hijo del primer rey Borbón en España, Felipe V.

Además de la isla, el barón compró un terreno en San Pedro del Pinatar para construir un palacete, cuyo proyecto fue encargado al arquitecto madrileño Lorenzo Álvarez Capra, autor del palacio del marqués de Mudela.Tras la muerte del barón, la casa la heredó su hijo Julio Falcó García, con cuya madre nunca se casó y tras la muerte de éste, fue adquirida por el marqués de Seslavine, ruso y primo del zar Nicolás de Rusia, casado con una francesa, pero la gente del pueblo empezó a llamar al palacete ‘la Casa de la rusa’ pensando que la esposa también tenía esa nacionalidad. Por otra parte, la isla del Barón fue vendida al conde de Romanones.

Cesión del parque
En los años 30, la casa pasa a ser propiedad de los condes de Villar de Felices, que ampliaron las dependencias secundarias de la casa. La tercera condesa de Villar de Felices, María de la Paz Garnica, donó parte de la propiedad al Ayuntamiento para convertirlo en un parque público que todo el mundo conoce como ‘parque de los patos’.

Finalmente, la ‘Casa de la Rusa’ y el terreno que la rodea, fue comprado a la última condesa Villar de Felices por una constructora, que a vez vendió el palacete al Ayuntamiento de San Pedro del Pinatar, donde finalmente se ubicará el Museo.

Un palacete de diez mil duros
El palacete del barón de Benifayó fue proyectado por el arquitecto Lorenzo Álvarez Capra y según la leyenda que consta en su fachada “fue edificado en el año 1.892 por el albañil de Madrid Vicente Cañadilla”.
Mientras duraron las obras, el albañil Cañadilla se hospedaba en la posada de Casto Conesa, próxima al edificio de la construcción y según testimonio de la nieta del dueño, costó una vez terminado “entre siete mil y diez mil duros”. Cañadilla aseguraba que con esta contrata perdía dinero “pero que se resarciría en otras que tenía en Madrid, como la del edificio del Café del Sol, en la mismísima Puerta del Sol”.
El interior del palacete era un museo en si mismo, con infinidad de cuadros y retratos familiares, una biblioteca de casi cuatro mil volúmenes (repartida entre la casa de San Pedro y la de la isla); manuscritos, incunables e impresiones góticas; panoplias con armas de diferentes épocas y una colección de autógrafos de reyes y nobles, entre otros. El cronista Sánchez Perelló aseguraba que en las mansiones del barón de Benifayó “competían la elegancia y el buen gusto con la sencillez y la delicadeza”.

Y para finalizar, tenemos que puntualizar que esa leyenda de la princesa cautiva en la isla del Barón que se bañaba todos los días en el mar totalmente desnuda, es más falsa que un duro cantonal, pero queda tan bonita...

jueves, 10 de septiembre de 2009

Aquellas añoradas dobles sesiones de cine...


Todos aquellos que hemos crecido fascinados en las salas oscuras de los cines de barrio o de pueblo, cuando no había televisión en casa y nuestra diversión consistía en leer libros, pasear en bicicleta o escuchar la radio, sentimos una punzada de nostalgia cada vez que vemos los programas de mano o los carteles que anunciaban aquellas maravillosas películas que se proyectaban en "cinemascope y technicolor"y que acompañamos de pipas y enormes bocadillos de chorizo.
Aquellas pelis que Serrat tan bien retrató en 'Los fantasmas del cine Roxy' han resurgido en los salones de la Casa de la Rusa de San Pedro del Pinatar por obra y gracia de una estupenda exposición que acompaña al Festival de Cine del Mar Menor y que nos devuelve no sólo un tiempo irremediablemente perdido en un mar de mp3, ordenadores y televisores, sino también la fascinación que aquellas historias, enmarcadas en escenarios de cartón piedra, nos hacían soñar con un mundo maravilloso más allá de los límites de nuestro pequeño mundo.
Los carteles, los programas de mano y el material que ya es historia procede de los fondos del Cine Moderno y de coleccionistas particulares.
De imprescindible y obligada visita.








El añorado super 8 con el que empezamos a ver cine casero, antes del vídeo, el DVD, el blue ray y demás artilugios modernos.

La versión de 'Las minas del rey Salomón', con doblaje sudamericano, una auténtica perla cultivada...



Los sacos con los rollos de las películas eran trasladados de un cine a otro, generalmente en bicicleta. Me remito a 'Cinema paradiso'.


El arte del cartel no ha desaparecido en los tiempos modernos, por el momento, claro
.







Y colorín colorado, esta historia se ha acabado, o mejor dicho, comenzaba diciendo "Esta noche he soñado que volvía a Manderley...".