Pero antes, dimos un saludito al Mar Menor, que estaba totalmente plato, como el río de un belén. Esta barcaza me llamó mucho la atención.
Flamencos, cigüeñuelas, archibebes, tarros blancos... las aves del Parque se saludan entre sí con sus característicos gritos, a los que no puedes sustraerte. La naturaleza impone sus reglas pese a las urbanizaciones del fondo, que están ahí, pero que no molestan.
El Parque cuenta con unos senderos perfectamente señalizados para pasear sin dañar el medio ambiente. Los pinos, abatidos por el viento, se exhiben con sus caprichosas formas, como una exposición de escultura al aire libre.
Y unos metros más allá está el mar, el Mare Nostrum, la 'mar mayor' que dicen los pescadores. Con sus olas, su olor a sal, la arena caliente y el agua azul, recordándonos que dentro de unos meses nos daremos nuestros baños matutinos. Cuando por fin llegue el calor.
Y para finalizar, esta humilde piña tan artística se asoma a los caminos esperando ser fotografiada. Por una vez sale del olvido para ser exhibida fuera de su contexto.
Espero que os gusten las fotos. Hay más, pero es una pequeñita muestra.
6 comentarios:
¡¡Me encantan!!
Un beso
Gracias, pero tú como fotógrafa estás que te sales. De verdad, le has cogido el puntito y te salen genial.
Unas fotos preciosas. Me ha dado envidia (buena y sana, ¿eh?) de dos cosas, de las fotos, claro, y del paseo. Qué maravilla.
La verdad es que es un sitio maravilloso. Cuando estoy de bajón, siempre me doy un paseo por allí y le hago fotos a todos bicho viviente emplumado. Es un parque pequeñito, pero muy completo y con una playa espléndida. Siempre aprovecho antes de que vengan las hordas veraniegas para darme un primer baño y el segundo, también.
Estupendo, vives en un sitio que es un paraiso. Me encantaria visitar esos sitios. Un beso Giuseppe
Bueno, Giuseppe, donde tú vives tampoco está nada mal. Eso sí, son maravillas de distinto signo.
Un beso para ti.
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