No hay nada que envejezca más a la gente que recordar aquellos eventos culturales, deportivos o de cualquier orden a los que asistimos hace... mil años. Aunque sean unos menos, en concreto 40, los que cumple el Festival de Teatro de San Javier, todo un hito en el panorama cultural de la Región.
¡Cuanto buen teatro hemos visto en estas cuatro décadas! ¡Cuanta castaña pilonga cuando cayó en manos inapropiadas!. De aquellos tiempos heroicos del teatro independiente, de la provocación y la vanguardia pasamos a zarzuelas, sainetes y otros montajes sobre los que el tiempo ha echado su manto piadoso, hasta llegar al momento actual en el que conviven nuevas tendencias con la nostalgia de una clasicidad cada vez más alejada del público joven.
Ahora que el teatro cada vez se convierte más en un escaparate de actores televisivos, que son los que realmente parten el bacalao en la taquilla, no está mal celebrar un cumpleaños como éste, recordar las cosas hermosas que hemos visto antes y después de que se construyera el auditorio del Parque Almansa y apostar por innovaciones, por sacar el teatro de sus cuatro paredes, aunque sean imaginarias y llevarlo a las calles, plazas y paseos marítimos, para que los niños cojan afición, para que las familias que no pueden permitirse el lujo de ir todas las noches al auditorio puedan disfrutar de un divertido espectáculo sin que se resienta su economía.
Hay que apostar por el cambio, moderado, pero cambio, porque todo evoluciona, como el cine, el periódico por internet o la forma de escuchar música. El teatro también debe cambiar "para que todo siga como estaba", que diría il gattopardo de Lampedusa.
En la presentación del Festival, que tuvo lugar ayer en Murcia, hubo tarta y cara de sorpresa por parte del consejero de Cultura, que compartió mesa con la alcaldesa, el director del Festival y Jaume Bernadet, director de Els Comediants.
Los actores de Íbero Teatro, que tantos buenos ratos nos han hecho pasar con sus performances en las calles del municipio, volvieron a armar el taco en la presentación.
Jaume dio los detalles de lo que será la gran fiesta de aniversario el día 1 de agosto en La Ribera y San Javier y se nos pusieron los dientes largos.
Frente al mar, en noche de luna creciente, surgirán danzantes, duendes, ninfas, sátiros, personajes gigantes, dragones alados, músicos, arlequines, maestros de orquestra, Papageno cabalgando su pajarita y Terpsícore en lo alto de su pedestal; demonios correteando con Dionisos y la Parca rodeada de muertitos, carros alegóricos, cajitas de danza y autores en trance de creación.
Esta inundación de las artes surgida del 'mare nostrum' recorrerá calles y avenidas desde las playas de Barnuevo y El Pescador de La Ribera hasta llegar al ayuntamiento de San Javier, en la plaza de España.
Y la plaza se convertirá en el escenario principal de la celebración: el festival cumple años y todos los ciudadanos, y todas las artes y todos los directores que han pilotado esta magnífica aventura regalarán al festival sus deseos escritos en postales que irán llenando el cielo, mientras la musa Talia sobrevuela el aire colgada de la tierra y balcones y ventanas del ayuntamiento se convierten en un gran retablo que brilla con las velas y los fuegos artificiales de las artes escénicas.
Sin duda, será algo tan grandioso como el homenaje que le rindieron a Mozart el año pasado en la plaza de Oriente de Madrid con motivo del Día Mundial de la Ópera.
Al final será verdad que 40 años no es nada. La pena es que yo tengo unos cuantos más...
Ah y si leen a algún crítico refunfuñando como todos los años porque no le hacen una programación a la carta, no le hagan caso. Algunos sí que llevan los años fatal...