lunes, 29 de junio de 2009

Y con el Festival de Jazz comienza la temporada...

Finales del mes de junio, comienzo del Festival de Jazz de San Javier, ergo, la temporada veraniega ya está aquí. Esto es un adelanto, luego añadiré otros eventos. Es que estoy atacá con el curro pendiente.
Feliz día de San Pedro.

miércoles, 24 de junio de 2009

Noche de San Juan en la playa de La Ribera


Cartel de 'completo' en la playa del Pescador de Santiago de la Ribera en la noche de San Juan. No cabía ni un alfiler en la arena y en el paseo; los chiringuitos estaban a tope y las barras de los pubs no daban abasto a servir tanta copa y copichuela para un público sediento en todos los sentidos, de 'agua' y emociones.

También obtuvo un gran éxito la iniciativa de los propietarios de los pubs y restaurantes de San Javier que montaron una barra en la plaza del Ayuntamiento ofertando cerveza, tapa y café por el módico precio de dos euros. Fue tal la demanda que hubo que reponer las más de mil tapas preparadas a primera hora de la noche.

La cara 'b' del asunto fue la romería que se produjo en la madrugada a las urgencias del hospital Los Arcos. Además de intoxicaciones etílicas, más de uno y más de dos fue asistido de quemaduras en las piernas ya que con los vapores alcohólicos tuvieron la peregrina idea de saltar sobre las hogueras y así terminaron, haciendo oposiciones para convertirse en el nuevo San Lorenzo, patrón de las barbacoas.

En definitiva, una noche completa. Ahora, a reponer fuerzas.

viernes, 19 de junio de 2009

'Los cuatro jinetes del Apocalipsis' o hay que ver, pero el ser humano no aprende nunca...



Esta noche he vuelto a ver, por cortesía de la 7 Región de Murcia, esta magnífica película de Vincente Minelli, llamada 'Los cuatro jinetes del Apocalipsis', basada en la novela de Vicente Blasco Ibáñez, aunque la acción original ocurría durante la Primera Guerra Mundial y en esta versión, se desarrolla durante la Segunda, con todo el lío de París y los alemanes.
He buscado en youtube y he encontrado esta escena, sin duda la más impactante de toda la película. El abuelo de la familia, un argentino llamado Madariaga, contempla con estupor como su nieto alemán se ha convertido en un ferviente nazi. La otra rama de la familia es francesa y el enfrentamiento está cantado. Cuando el abuelo, interpretado de forma magistral por Lee. J. Cobb, descubre que la 'bestia' de la guerra ha vuelto, mira horrorizado al cielo y contempla el terrible galopar de los cuatro jinetes del Apocalipsis: la peste, la guerra, el hambre y la muerte, en medio de una tremenda tormenta, que te hiela la sangre.
Todavía recuerdo lo que sentí cuando vi esta película en una pantalla grande en no sé bien qué cine de Murcia. Era una reposición, claro, porque la película es de los 60, pero esa imagen de los cuatro jinetes en una pantalla panorámica, con los gritos del abuelo proclamando que "la bestia ha vuelto", se me clavó en el cerebro y todavía me estremezco cuando la vuelvo a ver, aunque en la pantalla de la televisión impresiona bastante menos.
Creo que de vez en cuando deberíamos recordar momentos como éstos. Porque la 'bestia' nunca muere y los cuatro jinetes, por desgracia, siguen surcando los cielos.
Esta noche estoy en plan 'apocalíptico', no hay duda...

lunes, 15 de junio de 2009

Sorolla, Matisse, el Aga Khan, el barrio de las Letras y jamón con melón plastificado


Aquí están, con un poco de retraso, unas pinceladas sobre mis visitas culturales a Madrid, aprovechando el puente de la Región. Como tantos murcianos, salí de las fronteras del reino panochil como alma que lleva el diablo, me puse las sandalias más cómodas que tenía en casa y me hice la ruta de los museos o mejor, de las exposiciones de los museos, en dos días. Que no tienen desperdicio ninguna de ellas.

El Caixaforum, uno de mis lugares favoritos. Antigua fábrica de electricidad remozada cuyo jardín vertical sigue llamando la atención de miles de visitantes. Allí se exhiben valiosísimas piezas del arte islámico pertenecientes de la colección privada de Karim Aga Khan, el líder de los ismaelitas, que pronto inaugurará un museo en Toronto, Canadá, país de indudable 'huella' islámica, como todo el mundo sabe. Claro, su mujer es canadiense y aspira a que el museo lo visiten sus compatriotas y los yanquis vecinos.
La exposición es realmente buena y dadas nuestras raíces islámicas, mucho más. De imprescindible visión

Colas en la puerta de Goya del Museo del Prado para ver la exposición de Sorolla, que se muestra en la ampliación del museo. Pese al gentío que cada cuarto de hora entra en la exposicion, con un poco de paciencia se puede ver toda en poco más de una hora. En un exhaustivo recorrido, pasamos de los cuadros de denuncia de su primera época -estremecedores algunos, como '¡Y aún dicen que el pescado es caro!', 'El tren' o 'Trata de blancas'- a sus maravillosas vistas mediterráneas y acabamos en los paneles sobre España que realizó para la Hispanic Society de Nueva York. Casi todas las regiones están representadas, excepto Murcia. Lo más cercano, el palmeral de Elche.


En el Museo Thyssen, el Matisse menos conocido atrae a visitantes de todas las edades e idiomas. Una preciosidad, sí, pero cinco euros me parecieron demasiados... La tienda de regalos, a tope.

En El Retiro, a falta de playa, vaya, vaya, el personal pasea en barquita. Yo iba hacia la Feria del Libro, pero me quedé sin batería y por eso no hay imagen.


Antonio de Felipe inaugura una exposición divertidísima sobre el mundo del deporte. Lugar: Casa de Vacas del Retiro. Además, es gratis.

Llega la hora de comer y nos damos un paseito por el barrio de las Letras. En la calle Huertas subimos su empinada cuesta para hacer gana...

La calle está plagada de locales de todo tipo y condición. Esta fachada es de las más espectaculares.


Costanilla de las Trinitarias, con tasquita al fondo.

Recuerdo para León Felipe que data de 1985, la época de don Enrique. Madrid todavía vive de la fama de aquella época, mal que le pese a algunos.


¿Te apetece un vermut casero...?

Un rinconcito para el jazz con este mítico nombre.



El Caldero, restaurante murciano de gran fama... reconozco que nunca he entrado en él, pero me llama mucho la atención.

En el Teatro Español estrenan 'Muerte de un viajante' y yo me quedo con las ganas de verlo. Otra vez será, cachis la...

Villa Rosa, en la plaza Santa Ana, un mítico lugar con una vistosa fachada de azulejos en el que el travestí Miguel Bosé imitaba a Marisa Paredes en 'Tacones lejanos'. Arriba, la Casa de Guadalajara.

Vista de la plaza Santa Ana desde la cervecería Alemana. Un excelente alto en el camino.


La cervecería conserva su viejo aire de siempre, y que no cambie...

De vuelta al Paseo del Prado, comprobamos que museos los hay de todos los estilos... y es que imaginación no nos falta a los españoles...

En el Museo del Jamón probamos el ídem con melón... plastificado. ¡Dios mío, que nací cerca de Torre Pacheco! ¿cómo osan engañarme así...?.
Y esto es todo por hoy, amigos. Seguiremos informando...

viernes, 12 de junio de 2009

El mundo canino también 'vota' y se manifiesta

Ya estoy de vuelta. Como media Región de Murcia, aproveché el puente del día de la ídem y de las elecciones y me fui fuera, eso sí, voté por correo, que conste, que no están los tiempos para regalar ni un solo voto. Ya contaré más adelante lo que hice y sobre todo, las exposiciones que vi.
Pero antes, como aperitivo, aquí dejo a mi sabio perro Hunito demostrando lo que piensa de las elecciones, de las campañas electorales y sobre todo, del candidato.
Inteligencia perruna, sí señor.
¡Ay, si los perros votaran...!.

lunes, 1 de junio de 2009

Va por ti, amiga, porque te lo mereces...


Hace ya algunos meses, cuando este blog inició su andadura, fruto de una pintoresca ruptura de mi amiga del alma 'Louise' y servidora - digamos que yo podría ser Thelma, jajaja, qué más quisiera que tener la figura de Geena Davis- con otras dos 'amigas' con las que compartíamos un blog privado, me hice el firme propósito de contar sobre mi vida privada lo más estricto, lo que queda a la vista de la gente y se puede contemplar sin rubor alguno, pero nada más.
Cuando te dedicas a una profesión en la que tienes que narrar las peripecias de los demás, al correr de los años, aumentan las precauciones a la hora de contar tus cuitas, penas y alegrías. Si estás mal, la gente mira para otro lado; si por el contrario, das la impresión de que eres feliz, la envidia acecha en cada esquina. Es inevitable, hagas lo que hagas, que las críticas aparezcan, por eso, con los años, las arrugas, las canas y los kilos, llega la sensatez, la precaución y hasta el pudor estético bien entendido a la hora de abrir ciertas puertas.
Pero en esta ocasión, voy a hacer una excepción y voy a contar algo que me ha llenado de felicidad, a mí y a mis amigas de toda la vida. A Marta, Francisca, Marisol y Maite, que junto con Piedad, compartieron conmigo la alegría de ver que nuestra querida Mari Ángeles, cuyo apodo familiar prefiero guardar, va a pasar por el altar con la mejor persona que sin duda alguna ha dado la ciudad de Murcia y sus pedanías, de nombre, Antonio.
Nos conocemos desde hace... uf, una vida... desde los primeros 70, cuando éramos adolescentes de pantalón de pata de elefante, jerseys de Lacoste y zapatos Castellanos, que es lo que por entonces vestían las pijas de ciudad a las que queríamos emular. Ellas venían a veranear todos los años a mi pueblo costero, donde yo las recibía a orillas del mar, en la Granja Rosalía, único punto de reunión de la época en donde confluíamos varias generaciones sin molestarnos los unos a los otros.
¡Cuantas cosas hemos compartido desde entonces, verano a verano!. El final del bachillerato, el acceso a la Universidad, los primeros novios, las primeras bodas, los embarazos, deseados o no; los hijos, las separaciones, los engaños, alguna ausencia dramática... Más de cuatro décadas de amistad que pese a que sólo se podía desarrollar en plenitud en las largas vacaciones escolares, no ha mostrado nunca la más mínima fisura. Porque así es la amistad verdadera.
Así que a la voz de ¡ya!, nos pusimos todas firmes para asistir a la comida de "despedida de soltera" (esta vez sí, esta vez será la definitiva, querida Mari Ángeles), que disfrutamos en el Hogar del Pescador de San Pedro del Pinatar, degustando esos maravillosos menús que prepara como nadie Pepe 'el del Parras'. Allí le entregamos nuestro regalo, una margarita de oro que esperemos que deshoje simbólicamente con el resultado de "sí, me quiere...".

Aquí estamos todas, con la alegría en el cuerpo, tras saborear las excelencias de los vinos de Jumilla, las almejas, el pulpo a la murciana, las cigalitas y el caldero del Mar Menor...


En la mesa de al lado, otra despedida de soltero con componentes de edad considerablemente más baja que la nuestra, deseaban suerte a esta extraña 'novia'.

Una sonrisa para la prensa, por favor...

Café, cava y risas en el puerto deportivo, con la incorporación de Antonio, el novio. Una licencia que nos permitimos...
Francisca y yo ya habíamos perdido la vergüenza a estas alturas. Incluso rompí mi estricta regla de no fotografiarme jamás... la carne es débil.


Caballero de damas bien servido...


Música sesentera en el pub de El Mojón, rodeados de moteros con sus Harleys. El personal todavía está en forma...

Y duran y duran y duran...

Marta y yo seguimos con la coña marinera. Nos conocemos desde hace casi 50 años. Yo crecí a lo alto y últimamente, a lo ancho. Ella, cada día está más rubia, jajaja.
Y como despedida, disculpad si no fui capaz de terminar la noche en el Pipurrax con vosotras. El líquido ingerido antes de las 9 de la noche me produjo un dolor de cabeza tan fuerte y martilleante que me dejó k.o. en el sofá. Es que vosotras estáis muy jóvenes, puñeteras, pero a mí ya me pesan hasta los pensamientos.
Y que nos quiten lo 'bailao'. Un beso a todas y hasta pronto... aunque ya no exista la Granja Rosalía.